miércoles, 10 de febrero de 2010

Rincón Literario

Por: Emily Carmona.
I Semestre de Comunicación Social

¡Ah!, Las noches que pienso en ti…
Son una tortura para mi, donde mi esencia está acabada completamente derrotada.
Esas noches son mi triste muerte, distintos tipos de muerte.
En los cuales me encuentro perdida en el mar de tus recuerdos.
Estoy a la deriva, lo único que veo en el mar es un abismo.
Un abismo en el que me veo cayendo cada vez más.
Y lo único que logro escuchar es el eco de mi voz
Pronunciando tú nombre una y otra vez.
Ni siquiera mis gritos pueden callarla, yo solo quiero que llegue el final.
Morir por la caída o quizás encontrar otra salida… ¡Ayúdame!

¡Ah!, Las noches que pienso en ti…
Son mi pesadilla, un tétrico y espantoso sueño que se apodera de mí.
¡Permíteme despertar!, déjame perder la ilusión.
Te juro que ya no tengo esperanzas, no hay vida en mi corazón.
Prometo, que serás el único en probar mis labios.
Eres mi amor…
Por favor necesito huir de esta isla desierta que mi inconsciente recuerdo de ti ha creado.
¡Ven y sálvame!
O dame una señal que diga o muestre que jamás regresaras.
Solo me pregunto…
Si mi mente y corazón estarán dispuesto a permitir que tus recuerdos se alejen de mi.
A borrarte completamente de ellos.
A no tener el deseo de contemplar la profundidad de tus ojos.
La sonrisa en tus labios.
No volveré a saborear el dulce sabor de tu boca contra la mía.
La pasión que desprendías…

¡Ah!, las noches que pienso en ti…
Son fantasía y delirio.
Lujuria y placer.
Son mi éxtasis infinito, mi eterno calvario.
Por eso siempre las recordare como mis noches sin ti…

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